El primer sentimiento de _____ fue de amargo resentimiento. ¿Quién se pensaba que era, forzándola a darle otro beso, cuando sabía perfectamente que no quería besarlo? Pero cuando notó el contacto de aquellos labios por segunda vez, todo su resentimiento fue superado por un descubrimiento sorprendente. El contacto de la boca de Tom en la suya, no fue una experiencia nada desagradable. A pesar de que ella se dijera una y otra vez que no estaba disfrutando. Pero al comprobar que Tom no hacía gesto alguno para poner fin a aquel beso, y apretaba más su boca contra la de ella, _____ empezó a sentir pánico. ¿Qué estarían pensando los demás? Sintió también cómo él apretaba las manos, que las tenía apoyadas en los hombros, clavando sus dedos en la carne. Cuando _____ sintió la lengua de él en sus labios, se apartó asustada. Sus ojos, que había cerrado mientras la estuvo besando, se abrieron de pronto, reflejando ira. Pero Tom ya había apartado la mirada y le estaba dando la mano al juez que había celebrado la ceremonia.
-Nunca me cansaré de ver a una pareja de enamorados -dijo el hombre, mientras estrechaba la mano de Tom-. Si no tiene inconveniente, señor Kaulitz, podemos firmar los documentos ahora, porque tengo que salir disparado para otra boda.
Tom volvió a mirar a _____, tan tranquilo como siempre, mientras ella tenía la cara roja como un tomate, y el corazón le latía con fuerza. ¿Cómo se habría atrevido a besarla de aquella manera? Pero sabía muy bien lo que había detrás de todo aquello. Frustración. Frustración por la situación en que le había puesto su hermano, al hacerle aquella petición cuando estaba muriendo. Un beso, pensó _____, podía ser una expresión de ira, al igual que de amor, ambas emociones eran capaces de evocar la misma pasión. Tom, con aquella acción, había demostrado la clase de hombre que era. Muy distinto de Bill. Bill nunca se había atrevido a hacer una cosa así, hasta aquella noche fatal. Y fue ella la que tuvo que empezar, aunque él inmediatamente le puso sus manos en la cara y empezó a besarla. Al acordarse de aquella noche, los ojos de _____ se llenaron de lágrimas.
-_____.
Aquel tono de impaciencia, la sacó de su estado de ensimismamiento, al igual que la expresión de aquellos ojos de color marron.
-¿Qué?
-¡Dios mío! -murmuró Tom.
-Tiene que firmar el certificado de matrimonio, señora Kaulitz -le dijo un hombre muy amable que estaba detrás de ella-. El documento está en el estudio de Tom.
Giró la cabeza y vio la cara amable de Harvey Taylor. Tendría 24 años y tenía el pelo rubio. Era un hombre que había heredado el negocio de Taylor e Hijos, abogados, casi en la misma época en que Tom heredó el suyo. Los dos habían ido al colegio juntos, y los dos habían sacado unas notas excelentes. Pero Harvey no tenía el mismo carácter seco y duro de Tom. Era un hombre encantador, pero de carácter un poco débil, según sospechaba _____. Pero por lo menos había alguien que mostraba algo de amabilidad, que la miraba de forma diferente. Con admiración y respeto, a diferencia de su actual marido.
-Lo mejor será que la acompañes tú, Harvey -dijo Tom con una cierta ironía-. Parece que tú le agradas más. Madre, ayuda a Maud con las bebidas. ¡Wilma! Ven con nosotros, tienes que hacer de testigo. Por aquí, señor Weston. El estudio está por aquí... -y se dirigió hacia allí sin esperar a nadie.
-Sí, mi general -dijo Wilma, cuando Tom desapareció, y se marchó tras él. _____ no pudo evitar sonreír.
-Deberías aprender un poco de Wilma -le susurró Harvey, mientras la acompañaba al estudio-.Tom no te hará ningún daño si tú no le dejas.
-¿Y por qué piensas que me puede hacer daño? -le dijo, un tanto asombrada-. Tú, mejor que nadie, sabes que esto no es un matrimonio de verdad. Tom y yo nos divorciaremos tan pronto nazca el niño.
-Eso es lo que piensas ahora, pero Tom es un hombre muy atractivo. ¿Qué pasa si te enamoras de él? ¿Qué pasaría si él decidiera tenerte por esposa?
Ella se quedó parada en la puerta del estudio y miró a Harvey, totalmente sorprendida por aquella ridícula sugerencia.
-Nunca podría enamorarme de Tom. ¡Nunca!
Cuando Harvey frunció el ceño y miró hacia un punto por encima de su hombro, _____ se dio la vuelta y vio a Tom, de pie, junto a ellos.
-¿Os importaría entrar y firmar esos papeles, de una vez por todas?
-Claro -dijo Harvey, quien hizo un gesto con la mano, invitando a _____ a entrar en el estudio. Ella dudó por un momento, sintiéndose avergonzada y culpable al mismo tiempo. ¿Pero por qué iba a sentirse culpable? ¿Porque Tom había oído lo que había dicho? El sabía perfectamente lo que ella pensaba al respecto. Y aunque ella pudiera enamorarse de otro hombre en un lejano futuro, ese hombre no tendría nada que ver con él. Sólo podría enamorarse de alguien que la hiciera sentirse especial, querida, no estúpida y ridícula. -_____ -Harvey la invitó a que entrase de una vez en el estudio.
Mientras cruzaba aquella habitación de suelos brillantes de parqué, los recuerdos de la primera vez que había estado frente a aquella mesa, le vinieron a la mente. Fue el día siguiente del funeral de Bill, una mañana fría y lluviosa de agosto. Maud había ido a su habitación, donde estaba tumbada, observando la lluvia detrás de los cristales, y le dijo que Tom quería verla en el estudio. Un sentimiento de culpa la impulsó a salir del estado de postración en el que se encontraba. Se duchó rápidamente y se puso unos pantalones vaqueros y un jersey de color melocotón; se cepilló el pelo y bajó las escaleras muy deprisa. Cuando llegó a la puerta del estudio, llamó con cierta timidez. Muy distinta fue la voz que se oyó al otro lado de la puerta, ordenándola que entrara. Respiró dos o tres veces, abrió, entró y cerró la puerta. Miró a su alrededor un poco asustada. Aquella estancia la intimidaba tanto como el hombre que había detrás de aquella mesa. Las paredes estaban cubiertas de madera, con un montón de estanterías con libros, cortinas pesadas y oscuras, que no dejaban pasar la luz del exterior. Una habitación un tanto inhóspita.
FLASHBACK
-¿Querías verme? -le preguntó, sintiéndose como una alumna delante del director del colegio.
Tom levantó la mirada de los papeles que tenía encima de la mesa, y se acomodó en su sillón.
-Acerca una silla y siéntate, _____-le ordenó-. Hay ciertas asuntos que tenemos que discutir.
-¿Di... di... discutir?
-Creo que lo mejor será que te sientes y escuches -le dijo, dando un suspiro.
_____ accedió, recriminándose a sí misma el haber tartamudeado. No podía entender cómo aquel hombre provocaba esa respuesta en ella. Pero la verdad es que nunca en su vida se había tenido que enfrentar a una persona como Tom Kaulitz. Se acomodó en una de las sillas de madera, sintiéndose feliz al tener sólo que guardar silencio.
-Siento mucho haberte interrumpido-empezó a decirle, con un tono un tanto brusco. Ni siquiera la estaba mirando. Tenía los ojos clavados en unos papeles que había encima de la mesa-. Pero tengo que hacerte saber que en el testamento que hizo Bill, que estaba redactado ya hacía muchos años, se lo deja todo a su esposa. La mujer que ni siquiera se tomó la molestia de venir al funeral ayer -murmuró, antes de levantar la vista y mirar a _____-. Aunque quizás era lo mejor que podía hacer.... Sea como fuere, lo cierto es que Bill le dejó todas sus propiedades, lo cual incluye la casa de Roseville, donde vivió con Alicia, donde ella ha vivido desde que él desapareciera, además de una tercera parte de la empresa Kaulitz Properties, todo valorado aproximadamente en quince millones de dólares.
_____ se quedó boquiabierta. ¡Bill era millonario! Y los dos habían estado viviendo en la pobreza el tiempo que pasaron juntos. Nunca se compraron ropa nueva; plantaban las verduras que comían y recogían la leña con la que se calentaban. Una existencia en la que el único lujo permitido eran los lienzos de sus cuadros. Ella incluso le había tomado el pelo, preguntándole que qué haría con todo el dinero que iba a conseguir cuando fuera famoso. Por eso él le había dicho siempre que el dinero no traía la felicidad.
-Mi abogado me ha informado, _____ -continuó diciéndole Tom-, que podrías apelar ese estamento, basándote en el tiempo que estuviste conviviendo con él, como su compañera, durante los últimos seis meses de su vida, y que además estás esperando un hijo suyo.
_____ abrió la boca para protestar el primer supuesto, pero la cerró de nuevo. ¿Qué importaba si no habían consumado su relación hasta esa última noche? Pero tampoco le parecía que lo correcto fuera protestar el testamento de Bill. Había tenido tiempo suficiente de cambiarlo, si hubiera querido. De pronto le vinieron a la mente las palabras de Bill, de que el dinero no daba la felicidad, y se dio cuenta de que en realidad no quería el dinero que él había dejado, el dinero que seguro fue lo que le hizo tan desgraciado. Pero antes de poder contestar a Tom, él siguió diciéndole:
-Conociéndote -dijo, arrastrando sus palabras-, no creo que quieras ponerte ahora a pleitear por ese dinero. Además, Alicia no es precisamente la clase de mujer que se quede callada, cuando se tratan temas de dinero. El proceso seria bastante largo y costoso. Y nadie te puede garantizar que puedas ganar. Bill me dijo que te cuidara, sabiendo que nunca te iba a dejar abandonada. Así que lo que he hecho ha sido crear un fondo para ti y para tu hijo. A cambio tienes que firmar un documento en el que renuncias a todas las propiedades o dinero de Bill. ¿Qué te parece?
Ella dudó un poco. ¿Cómo podría rechazar una seguridad financiera para su hijo y para ella? Sería una locura. Y no era lo mismo que luchar por esa inmensa cantidad de dinero. Tom no se refería a millones, sino a lo justo para que vivieran su hijo y ella. El único problema era que el dinero era de Tom. _____ odiaba tener que agradecerle algo a ese hombre. Ya había gastado una fortuna en ella. Wilma se encargo de comprarle la ropa y un montón de cosas que necesitaba. Ella se imaginó en aquel momento, que era un hombre muy rico, y que aquello no suponía un sacrificio para él.
-Está bien -murmuró él-. Por un momento pensé que te ibas a cerrar en banda en ese asunto. Otra vez.
_____ se sonrojó, sabiendo que se refería a las objeciones que ella había hecho al ver la etiqueta con el precio de la ropa que Wilma insistió en que se comprara. _____ había llamado por teléfono a Tom a la oficina para protestar, pero en vez de admirarla por no querer gastar su dinero, se había enfadado. Con el tiempo, había aprendido a no protestar cuando le decía que se comprara algo que él pensaba que necesitaba. Su tocador estaba repleto de frascos de crema y perfumes que ni siquiera había abierto; los cajones llenos de ropa interior, tan fina y delicada, que le parecía un pecado ponérsela todos los días. Como si ella hubiera estado interesada en cosas materiales después de la muerte de Bill.
Tom se levantó de la silla y se aclaró la garganta.
-Ahora, tratemos el asunto de nuestro matrimonio...
_____ se levantó. Se había estado preguntando en qué momento se lo comentaría él. Estaba segura de que no iba a estar dispuesto a llevarlo a cabo. Nadie le podía condenar por ello. La gente decía cualquier cosa por consolar a un moribundo.
-Si firmas aquí -le dijo, mostrándole una hoja-, podremos casarnos el mes que viene.
-¿Quieres casarte conmigo? ¿No te importa?
Tom dio la vuelta a la mesa y se acercó a ella.
-La palabra «quieres» no tiene ningún sentido en estas circunstancias, _____. No tengo otra opción. No podría vivir a gusto conmigo mismo si no cumpliera la promesa que hice a mi hermano, porque ha sido el único favor que me pidió en toda su vida. Ya sé que yo no soy la clase de hombre que habrías elegido como marido, pero sólo tendremos que interpretar nuestro papel por un tiempo. No será un matrimonio de verdad. Cuando pase un tiempo prudencial, nos podremos divorciar. _____ la tragó saliva cuando él le tendió el bolígrafo.
FINFLASHBACK
Cuando lo tomó, la mano le temblaba. Habían pasado cinco semanas y, con el mismo bolígrafo, estaba firmando el certificado de matrimonio en la misma mesa, con la misma mano temblorosa. Cuando terminó de estampar su titubeante firma, _____ le entregó el bolígrafo a Wilma, que se acercó con su acostumbrada diligencia. Llevaba un vestido de lana marrón, muy sobrio, con el pelo corto, como el de un hombre. Era una mujer que mostraba una fuerte personalidad, que era extrañamente atractiva. Después de firmar ella, lo hizo Harvey.
_____ los observó con cierta envidia. Un día, ella sería como ellos, se juró a sí misma. Con control total sobre una situación. Suspiró y pensó que todo lo que Bill había conseguido con ella, había resultado ser una ilusión. Creía que la había convertido de ser una chica tímida e ignorante, en una jovencita culta, que nunca podría sentirse perdida estuviera con quien estuviera. Pero estaba equivocada. Lo supo a los pocos días de haber llegado a la ciudad de Sydney y vivir en aquella elegancia de los Kaulitz. Entonces se dio cuenta de que en realidad era todavía una paleta, con muy pocos conocimientos de la vida social y sin estilo alguno. Wilma hizo lo que pudo para vestirla de la forma adecuada. Pero un poco de ropa y un rostro presentable no podían ocultar la innata falta de sofisticación de _____. Al darse cuenta de todo ello, había perdido confianza en sí misma. Además, su reacción al talante mandón, casi intimidatorio de Tom, sólo había empeorado más las cosas. Quizá, si consiguiera ser un poco como Bill... Volvió a suspirar, y pensó que nunca antes había conocido dos hermanos que se parecieran tan poco.
Una vez concluidas todas las formalidades, Tom acompañó al campechano señor Weston a la puerta, mientras que el resto volvía otra vez al salón, donde Maud estaba todavía sirviendo la comida que había estado preparando toda la tarde. Simone estaba por allí, un poco perdida. Wilma le puso un vaso de sherry en la mano, pero _____ lo rechazó. Harvey se fue a servir una copa de una de las botellas que había al lado de la comida.
-Estás muy guapa hoy, querida -le dijo simone a _____.
-El azul no es un color que le siente bien, sin embargo -interpuso Wilma, mientras se unía a ellas-. Hubiera estado mucho mejor con un vestido color crema, porque es algo morena, pero _____ pensó que era casi blanco.
-No puedo entender por qué no quiere llevar un vestido blanco -murmuró simone-. Si el pobre Bill hubiera podido estar aquí...
Aquellas palabras quedaron suspendidas en el aire, el grupo se quedó en silencio, asumiendo la cruda realidad.
-Entonces no se hubiera celebrado ninguna boda, querida mamá -apuntó Tom.
Todos se volvieron para mirarlo. Wilma fue la que le contestó:
-Un comentario que no viene al caso, especialmente cuando Bill no está aquí para defenderse por sí mismo.
-No me interpretéis mal, yo estoy seguro de que Bill quería casarse con _____ -contestó Tom, con una cierta ironía todavía en su voz-. Pero todavía estaba casado con Alicia cuando le llegó la muerte. En este país tienes que esperar todavía doce meses, desde el momento en que presentas la solicitud de divorcio. Y Bill no había iniciado ningún proceso en ese sentido durante los tres años que estuvo fuera.
-¿Es necesario que hablemos de eso hoy, Tom? -dijo simone bastante desconcertada-. Todos sabemos que Bill quería divorciarse de esa mujer.
Pero Tom no era un hombre fácil de convencer.
-Sin embargo no se divorció -dijo, arrastrando las palabras-. Pero así era como actuaba él. Siempre queriendo hacer algo, pero nunca lo conseguía.
-¡Tom! -le gritó su madre.
-Lo siento, madre, pero yo soy el que ha tenido siempre que arreglar las cosas, cada vez que Bill decidía escaparse de la realidad y meterse en una de sus fantasías.
_____ respiró hondo, pero Tom continuó implacable, tratando de aniquilar el carácter de su hermano.
--- bill nunca fue capaz de crecer, nunca quiso asumir ninguna responsabilidad. No me importa pasarle por alto sus meteduras de pata en los negocios, pero cuando se trata de su vida personal, no estoy dispuesto a ser tan tolerante. Puede que Alicia sea una mercenaria malcriada, pero no merecía que la abandonaran sin decirle una palabra. Lo mínimo que podía haber hecho Bill era concederle el divorcio. ¿Y qué es lo que hizo? Se pone a vivir con una chica desconocida, la deja embarazada, cuando sabía perfectamente, lo sabía, que se estaba muriendo. ¿Qué clase de estupidez es ésa, me lo podéis decir?
Un tenso silencio se apoderó de la sala cuando Tom dijo aquello. Y mientras el aire estaba todavía vibrando de tensión, _____ se acercó a él y le dio una bofetada. El sonido de su mano golpeándola mejilla, se oyó claramente. Todos se quedaron mudos.
-No se te ocurra otra vez -le empezó a amenazar, con su voz cargada de emoción-, llamarle a Bill estúpido o egoísta. ¿Me oyes? Puede que no fuera perfecto. Puede que cometiera errores. Pero nunca sería capaz de herir a otro ser humano. Hacía lo que hacía, sólo porque era lo único que podía hacer. Y por lo que se refiere a eso de que me dejó embarazada, te he de decir que nunca, durante todo el tiempo que lo conocí, hizo nada para aprovecharse de mí, ni siquiera cuando me permitió vivir en su casa, porque yo no tenía ningún sitio donde ir. Si tienes que echarle la culpa a alguien de mi embarazo, échamela sólo a mí. Me metí en la cama de Bill cuando él más desesperado estaba, y no se me ocurrió otra forma de consolarlo. Ninguno de los dos pensó en la posibilidad de tener un hijo como consecuencia de aquello. ¿Pero sabes una cosa? Estoy orgullosa de llevar dentro de mí un hijo suyo. Muy orgullosa. Era un hombre amable y hubiera sido un padre muy amable. Pero para nada estoy orgullosa de ser tu esposa, Tom Kaulitz. Estoy deseando que llegue el día en que me pueda separar de ti.
Y al terminar, se echó a llorar y salió corriendo de la habitación, subió las escaleras y se metió en su habitación. Tom la observó con la cara pálida y marcada por la bofetada
No hay comentarios:
Publicar un comentario