¿Qué era lo que la había impulsado a decir una cosa así? En ningún momento, durante los pasados dos días, se había sentido como una puta. Había tenido otras sensaciones mucho más placenteras, y en todo momento él había estado con ella.
-¿Crees que te he tratado como a una puta? -le preguntó él, con un tono de tristeza en su voz.
_____ no podía retirar lo que había dicho, pero tampoco estaba dispuesta a seguir adelante. De pronto, sin saber bien por qué, se echó a llorar. Tom se levantó, y se fue a calmarla. Pero en un momento determinado, pareció pensárselo mejor y se sentó de nuevo.
-Lo siento -le dijo, muy triste-. No tenía ni idea. Yo pensé que... yo esperaba...
Ella se levantó al instante, se fue hacia él y se puso de rodillas, apoyando su cabeza en sus piernas.
-No es verdad lo que te he dicho -sollozó-. No sé por qué te lo he dicho. No sé por qué estoy llorando -y lo miró a los ojos, pidiéndole una respuesta.- Su mano tembló, mientras le echaba el pelo para atrás.
-Yo creo -le dijo, con suavidad-, que a lo mejor te sientes un poco culpable. Por Bill -añadió, cuando ella parpadeó un tanto desconcertada.
-¿Pero por qué me voy a sentir culpable? -le preguntó, toda inocencia.
-Porque soy yo el que está aquí, y no él. Porque has estado compartiendo conmigo la pasión que hubieras preferido compartir con él.
-Pero yo nunca he compartido esta pasión con Bill -le informo-. Yo lo amaba, pero nunca sentí con él lo que he sentido contigo.- Por extraño que pudiera parecer, aquella declaración no le puso más contento.
-Lo sé -confesó, con un tono un tanto cínico-. A eso lo llamamos sexo, _____. O deseo. O lujuria. Sé perfectamente que eso es lo que inspiro a las mujeres. No te confundas y por favor, no pienses que es que te has enamorado de mí. No quiero tu amor. Guárdalo para Bill. Lo que quiero de ti es tu cuerpo en mi cama cada noche, y un hijo en un futuro. Dado que parece que no te importa darme ninguna de esas dos cosas, no hay necesidad de derramar ninguna lágrima. ¿No es cierto?
-No, supongo que no -le dijo, sin estar muy segura de ello, suspirando mientras apoyaba su húmeda mejilla en sus muslos…¿Pero si lo que le había dicho Harvey el día de su boda se hiciera realidad? ¿Y si se enamoraba del apuesto y sensual hermano de Bill? Aquellas preguntas la hicieron sentirse mal. ¿Cómo podría pensar cosas así? Ella todavía amaba a Bill con todo su corazón. No le había olvidado ni un sólo momento. Pero su cuerpo, sin embargo tenía otras ideas. Su cuerpo amaba a Tom. No, no era posible. Aquello no podía ser amor, aquella sensación en el estómago, aquel deseo de besar la carne que había debajo de su mejilla, aquel deseo de tener tan cerca a Tom, sentir su corazón latiendo al mismo ritmo que el de ella. Aquello podía ser sexo, o deseo, o lujuria. Horrorizada por aquellos pensamientos, se puso de pie, se alejó de la tentación, se alejó de Tom.
-Iré a hacer la maleta -le dijo, un poco agitada, incapaz de mirarle a los ojos.
Lo oyó suspirar mientras ella se dirigía a la habitación, y también murmurar algo así como: -Se acabó la luna de miel.
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-Estás muy callada últimamente -comentó Wilma a _____, mientras iban de compras-. ¿No eres feliz con Tom?
Habían pasado seis semanas desde que Tom la había dejado en Kaulitz Hall y se fue a la oficina.
Seis semanas durante las que las dos cosas que él había dicho que quería de ella habían sucedido. _____ había pasado cada noche en la cama de él y estaba embarazada. Llevaba embarazada, según el médico desde el día de año nuevo. Tom no reaccionó con demasiada alegría. Ella fue a darle la noticia al estudio, después de cenar, porque él seguía yéndose allí antes de irse a la cama con ella, después de media noche. Esas noches, él no hizo intento de tocarla, cuando se metía en la cama, pero en algún momento de la noche, sus cuerpos se unían y empezaban a arder, en una especie de combustión espontánea. Pero no hacían el amor de la forma tan imaginativa que lo hicieron durante la luna de miel. Se convirtió en algo más urgente, más carente de pasión, si eso era posible. Su primera reacción a la noticia de que iban a tener un hijo fue el silencio y una mirada extraña. Después se aclaró la garganta y miró uno de los papeles que había en la mesa, antes de mirarla otra vez.
-¿Estás contenta? -le preguntó.
-Mucho -le dijo, con el corazón en la mano-. Siempre he querido tener niños.
Él asintió, sonriéndola de forma un tanto extraña.
-Yo pensé que tú también querías tener hijos -continuó diciéndole _____-. Pensé que te ibas a poner muy contento.
-Y estoy muy contento -le dijo él.
-Pues no lo parece.
-Lo que pasa es que me extraña que te hayas quedado embarazada tan rápidamente, eso es todo. Supongo, no obstante que será algo normal... -le dijo, mientras miró durante unos segundos al suelo-. ¿Quieres dormir otra vez en tu propia habitación?
Aquello la dejó sorprendida, tanto la pregunta, como la tensión que su cara reflejaba, y también aquellos ojos marrones tan bonitos.
-¿Y por qué iba querer hacer una cosa así?
-Pensé que a lo mejor te lo había aconsejado el médico, después de tu primer aborto.
-No, para nada. Me ha dicho que siga haciendo la vida que hago. Y además me ha dicho que no hay razón alguna para que deje de hacer el amor de la forma normal.
-¿Y para él qué es la forma normal? - _____ se sonrojó.
-No se lo pregunté. No lo sé.
-Le llamaré y se lo preguntaré yo mismo. Mientras tanto, creo que lo mejor será que duermas en tu propia cama.
-¡Pero yo no quiero! -protestó ella.
-Es sólo una medida temporal.
-¿Qué pensarán Maud y tu madre?
-No pensarán nada, cuando les digas lo del niño, a excepción de que soy un marido sensible y considerado. No te opongas, _____. Mi trabajo es cuidarte y cuidar a tu hijo. No pongas las cosas más difíciles.
Ella lo miró, pensando que para ella también iba a ser difícil. Las horas que pasaban en la cama era el único momento que tenían para ellos, el único momento que ella sentía un respiro de los sentimientos que se habían ido acumulando a lo largo de la cena. _____ se sentaba a la mesa, enfrente de él y se lo comía con los ojos, ya que durante todo el día le había echado mucho de menos, pero él casi nunca le devolvía la mirada, y casi nunca le hablaba. Por eso los momentos que pasaba en la cama con él significaban tanto para ella. Y estaba dispuesto a negárselos también, los momentos más placenteros de toda su vida. Pero no podía oponerse a él, a pesar de que pensaba que no era necesario hacer todo aquello. Sólo estaba embarazada de seis semanas y media. ¿Cómo podría suponer un peligro hacer el amor con él en aquel estado?
-_____, por qué no me respondes -le dijo Wilma impaciente-. ¿Se está portando Tom mal contigo?
-No, claro que no. Es muy amable desde que le dije que estaba embarazada.
-Me alegra oírte decir eso, porque en la oficina se está comportando como un verdadero ogro. Tiene a una mujer hermosa, que va a tener un hijo, y se comporta como si le doliera la cabeza continuamente.
Las palabras de Wilma provocaron una enorme satisfacción en _____. Estaba claro que él echaba de menos sus noches juntos, tanto como ella. Wilma ya había hecho suficiente, manipulando sus vidas. Si se hubiera enterado de que sus protegidos no estaban durmiendo juntos, seguro que hubiera empezado a trazar algún plan para conseguirlo. _____ sabía que Tom odiaba ese tipo de cosas. Pero sentía ganas de matar a ese estúpido doctor que le dijo a Tom que si su mujer estaba preocupada, podrían abstenerse de hacer el amor hasta que pasaran los tres meses.
-Me sentiré más contenta sin verle unos días -le dijo Wilma. _____ se volvió y la miró.
-¿Qué quieres decir? ¿Se va Tom de viaje?
-¿Es que no lo sabes? Se va a Gold Coast mañana. No sé por qué. No creo que podamos conseguir el trabajo de ese casino, por mucho que lo intente.
-¿Qué casino?
Wilma la miró, como compadeciéndose de ella.
-Parece que no te informa de nada. Ten cuidado, porque al final puedes terminar como una de esas esposas de un mafioso, sin ver nada malo en nada, sin enterarse de nada malo. Pero si quieres saber algo, pregúntamelo. Soy una mina de información.
-Pues cuéntame lo del casino.
-Está bien, nosotros somos una de las empresas que hizo una oferta para poner un casino en Gold Coast. Yo le sugerí a Tom que bajáramos nuestra oferta, pero es tan arrogante que cree que para conseguir el éxito no es necesario rebajar nada. Yo intenté convencerlo de que los tiempos habían cambiado desde que su padre se había ganado a pulso la reputación de hacer cosas de calidad. Cree que si se relaciona con quien se tiene que relacionar y cena y bebe con ellos, en algún momento les puede convencer.
-Y tú no piensas lo mismo.
-No, yo habría firmado ese contrato hace tiempo y habría seguido adelante. Me sorprende que insista tanto y que quiera intentarlo de nuevo.
_____ se quedó sentada en el asiento de al lado del conductor, del coche de Wilma. Se sintió mareada. No tenía duda alguna de que el viaje de Tom no tenía nada que ver con el casino. Con la única persona que se iría a cenar, sería con alguna de esas rubias impresionantes a las que no había que insistir mucho para terminar en la cama. ¿Cuántos días necesitaría para liberarse de sus frustraciones? ¿Dos, Tres? Seguro que tres, pensó ella. Eso lo mantendría tranquilo hasta pasar el límite de los tres meses.
-¿Has reservado el billete de vuelta? -le preguntó, un poco tensa.
-Sí. Tiene previsto venir el martes por la noche, pero me dijo que a lo mejor lo hacía el miércoles, si necesitaba un día extra.- Tres días. A lo mejor cuatro. Realmente debía sentirse muy mal.
:) SI HAY COMENTARIOS SUBIRE OTRO CAP. KOMO A ESO DE LAS 4 ;) SE LES KIERE
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